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miércoles, 17 de febrero de 2010

VISITAR ES BUENO

Hola, me llamo Carlos y vivo en Pradomar. les voy a contar algo que me sucedió en la casa de mi amigo Ricardo, el tiene su mujer Carolina y dos niños de corta edad. Antes de casarse yo estuve tonteando con Carolina, pero la cosa no fue a más, ese dia llegue a buscar a Ricardo y la mujer me dijo que se había ido a trabajar, pero me invito a pasar, pregunte por los niños y dijo que estaban en el colegio como estaba en pijama y se le notaban los senos sin brasier, mi pene fue creciendo hasta tal punto que se notaba descaradamente. Estaba tan avergonzado que no me atrevía ni a mirarla. Ella rompió el hielo - Bueno, ¿Qué te excito tanto?
Y dicho esto puse mi brazo izquierdo en su cadera y pasé el derecho por encima de su hombro introduciendo mi mano en su escote y sacando uno de sus pechos. Ella no se movió por lo que mi mano izquierda descendió hasta el borde de su falda y la fui subiendo por el exterior de su pierna acariciándola por encima. ¡Que delicia! Dije y sentí una mano que sujeto mi pene y lo saco con rapidez y se lo llevo a la boca, empezó a mamar con desesperación y dijo necesito sentir como se vienen en mi boca. Y sin casi darme cuenta se la metió de nuevo y continuó una mamada que me hacía volver loco. .- Me voy a venir.- ¡Si mi amor! ¡Hazlo en mi boca! - ¡Ahhhh! Me vengo.- ¡Ummmm! ¡Siiii! ¡Dame tu leche mi amor! ¡Que rica! ¡Siiii! Déjame que te la chupe, que no se pierda ni una gota. ¡Ummmm!! ¡Toda mía! ¡Toda mía!, al rato di dos pasos con ella, la puse de rodillas y la incliné de forma que su pecho se apoyó contra el sofá, subí su falda hasta la cintura y separe la tanga de encaje que se incrustaba entre sus piernas, y acerqué mis labios al delicioso agujerito trasero, mis labios y mi lengua comenzaron a jugar con el, lo besaba y lamía para producirle el mayor placer posible, fui deslizándome hacia abajo y por fin pude saborear su concha, que en ese momento estaba inundada de sus flujos y me llenaba los labios con un rico sabor a sexo. Carolina comenzó a moverse, ¡Cómemelo! ¡Si! Me encanta. Como ya estaba bastante lubricada me incorporé, llevé mi verga a la entrada de su concha y se la metí poco a poco hasta que estuvo toda dentro. ¡Uuummmm! Que bien. La penetre como diez minutos y de repente se retorcía y gritaba porque estaba teniendo un gran orgasmo cosa que hizo que me volviera a desarrollar en su concha, Me vestí, estuve viendo un poco la televisión y finalmente me fui. Ahora no hago más que pensar en ella aunque se que es la mujer de mi amigo.

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