CLASES PERSONALES

En Tumaco hay una era época de “vacas flacas”, nada ha cambiado demasiado, más bien todo sigue igual, Como necesitaba ganarme unos pesos, no tuve mejor idea que poner un anuncio en el canal 6, ofreciéndome como profesor en matemáticas, biología y otras materias. Un dia entra una llamada y me dicen Soy la señora Leonor y tendría interés en sus servicios profesionales para mi hija, mi teléfono y dirección son…” Tomé una ducha y encaminé a la dirección indicada, sale una joven divina de no mas de 19 años y me dice yo soy la que necesita las clase mi madre salió, pero dijo que usted vendría, pero no se preocupe que ella demora pero yo tengo su paga. - De acuerdo, llamame “chepe”, como mis amigos. – ¿El tuyo? – llamame “Mechas” o si quieres “Baby”, como de nenita. “Profe” ¿quiere tomar un café mientras nos acomodamos? -De acuerdo, respondí y le indague donde necesita enfatizar más la ayuda y diseñar la estrategia de estudio. Trabajamos mucho y bien, tanto así que en el boletín del segundo trimestre mostró con claridad el resultado de las enseñanzas impartidas en estos dos meses de trabajo, tres días a la semana. Tan contenta estaba doña Leo que como gratificación me regalo una caja con una botella de whisky “Buchannans”. Durante todo este tiempo fuimos haciéndonos amigos. El ultimo dia que iva a dar clases, Baby estaba distinta, Nunca, en estos dos meses, la vi de esta manera, perfumada y lujuriosamente sensual, -¿Qué pasa “profe”?, tengo algo malo -¡No!, al contrario tenés… tenés… todo tan lindo, y tan bien puesto. Muy lindo. ¡Sí, tanto! -No será para tanto. -repite jugando a la ingenua. – Profe. y si hoy nos tomamos un relax?, con absoluta soltura asumía el control de la situación, - Pero con una condición, - que tus padres no se enteren, sino me matan. ¿De acuerdo? – ¡De acuerdo!, ¡será un secreto entre nosotros! Todo lo que hagamos se lo prometo profe, Confesó que se sentía sola, que de su círculo de amigas era la única que aún no había “debutado” en el sexo, que les mentía para no parecer un “sapo de otro pozo”. Se arrimó y me dijo al oído como, un susurro: -Sabés que mis padres no vuelven hasta el lunes por la tarde, estábamos en la tarde del viernes, se supone que después de sus clases me voy a quedar en casa de Ana mi amiga, pero ella me hace el cuarto si la llama mi mamá asi que si quieres quedate a dormir conmigo aquí. -Profe, entre todas las cosas que me aprendí hay una materia que no puedo completar. – ¿Cuál es?, pregunté, haciendo el tonto, Amor y sexo contesto. Tengo toda la teoría, pero de práctica cero. Nada de nada, pero mi fantasia es hacerlo con una persona hecha y experimentada, ¡como tú! -Estoy segura que mi juventud y virginidad merecen tener buen inicio, en ese instante se abrió la blusa mostrando el par de hermosas tetas, al vivo, Se las acaricié manifestando la intensidad de mi lujuria. Chupé a más no poder, -¡Vamos al dormitorio de los viejos! dice, allí la desnude por completo y me lancé encima de ella buscando la cueva donde descansar mi masculinidad, ella silenciosa estaba presta para la entrega, para realizarse como mujer: meti mi lengua y probe todo el aroma que emanaba de su piel, se estremecía y emitía uno que otro quejido, mezcla de pasión e incontrolada calentura. Su chocho lo tenía cerrado, pero al contacto con mis dedos se ponia húmedo, anhela de tenerme dentro. Su cuerpo se tensa y afloja al mismo tiempo. Metí un dedo, después de revenir la superficie de los labios, Elevé un poco sus piernas para poder meter mi cabeza entre ellas, luego modificamos la posición y se produjo el mágico número, un 69 inesperado. Al sentirse chupada intuyó la réplica, acercó la boca a la verga, me dio un beso ¡tan caliente!, que metí la lengua lo más dentro que pude. Escuché el llanto de ella, ¡Seguí!, ¡seguí por favor!, no te detengas, seguí un poco más, ¡ahhh! - decía, casi gritando. No lo sabía, estaba acabando, su primer orgasmo robado por un hombre. Tan profundo, Se estremeció, juntó las piernas, mi cabeza entre ellas, quedó suspendida en el tiempo, quieta, luego otro estremecimiento, hasta que los ojos se colmaron de lágrimas. Me incorporé y la besé: -¡Bienvenida al sexo! Dije, No contestó,- Esta deliciosa sensación es tu primer orgasmo, disfruta y relájate que después vamos a la segunda lección, alentándola a expresarse con naturalidad. Toma la verga en tus manos, acaríciala, suave, con delicadeza, pajea, lento, bésala como antes, despacio, siente en tu boca y en tus manos cada latido, como se hincha, como crece y se desarrolla, – ¡Así, así!, continúa chupando, obediente sigue las instrucciones, déjala bien húmeda, para que pueda entrar en ti. Al rato se lo apoyé en la entrada de la “cosita”, empujé con cuidado, elevé sus piernas y fue suficiente para que ella comenzara a jadear y quejarse por el dulce martirio de la entrega. la besé, casi con violencia, metiendo la lengua dentro de su boca, y de una me mandé dentro de ella, su desfloración lleva mi sello personal. El ritmo de la cogida lo marca mi verga, entrando y saliendo una y otra vez de su concha, ya de una mujer, se sentía más caliente y húmeda, tal vez también sangre del virgo. me abrazó intensamente y dio un profundo suspiro y denote que por primera vez llegaba al orgasmo vaginal. Quedé quieto, dejando que lo disfrutara, la esperé, y seguí metiendo y moviéndome dentro de ella, y otra vez más, un nuevo orgasmo. Las embestidas siguientes lograron dos nuevos triunfos, acaba de graduarse como multiorgásmica.Baby, – Ahora es tu turno, te toca a vos ¡Disfrútame!, dijo como un ruego, y siguió -Déjame tu lechita dentro, Levanté sus piernas, aceleré “el metisaca”. -Dame bebé, dame de una vez, me estoy volviendo loca, no importa que duela un poco. Daaaaale…!, -¡Tomá…, tomá…! ¡Ahí va! Te la largo, te largo todo, bien adentro ¡mi amoooor!, Salió un grueso chorro de semen, En medio de la eyaculación le escuché decir: – Bebé, me vas a matar, me duele, me duele, pero ¡gozo tanto! Estoy acabando ¡otra vez!, me volvés loca! Qué rico, qué placer, dejádmela adentro para siempre: Es mía, ¡toda mía!, Papííííííííto! Es tu firma, ¡qué autógrafo me regalaste!. – Si está fue tu firma, ¿podrías escribirme un libro?, total, aún tienes el lapicero cargado.