CACHUDO SIN PODER RECLAMAR

Una noche, Rita y yo decidimos salir a entretenernos un poco. Fuimos a un bar que se llama ensueño de luna. Aunque la concurrencia no era mucha, las pocas parejas que bailaban casi llenaban la pequeña pista. Rita me propuso bailar. Yo me negué. Rita se enojó, entonces le dije que podía bailar con alguno de los pocos hombres que estaban alli. Dicho y hecho, Rita se dirigió a la pista y comenzó a bailar sola y al rato vi a un hombre estaba bailando con ella, A la distancia observé que hablaban, Rita hacía caritas y emitía risitas, y al rato veo que una mano acariciaba, sin ocultación, las nalgas de Rita. sin disimulo le tocaba el culo. Y veo como Rita lo besa sin importarle que yo la estuviera viendo, me senti un cornudo. Quedé un momento paralizado junto a la mesa y, ellos vinieron hacia la mesa y Rita me dijo con naturalidad vámonos a la casa, te presento a mi amigo Jaime, vámonos y lleva la botella para que nos la tomemos en la casa con mi nuevo amigo. No me fue fácil reaccionar ante lo completamente inesperado. -Pues vamos, fue todo lo que atiné a decir. Lo peor fue sentir que eso me excito y me fui callado. Dentro de la casa se acomodaron en el sofá y reiniciaron sus juegos de bocas y manos, yo seguía callado y me hundí en un sillón frente a ellos. mi mujer era la imagen misma de la lujuria desatada. Abrió la camisa de Jaime y besó su pecho. Abrió el cierre del jean y sacó la verga de el (nada monstruoso, pero algo mayor que la mía).-Me gusta tu enorme verga, dijo Rita. ¿Puedo chupártela?, -Me harás muy feliz, putita mía, fue la respuesta del afortunado.“Así que putita”, pensé para mis adentros. A mí me habría armado un escándalo si le hubiera dicho algo semejante. Vi la lengua de mi esposa bajar por el tronco, lamer los huevos y finalmente tragar la verga entera, para subir y bajar varias veces la cabeza. Jaime al rato la apartó y Giró la cabeza hacia mí y me invitó: -¿Quieres venir? No me lo hice repetir. Fui tras ellos, como un perrito y Jaime le manoseó las tetas, y Rita Se acomodó entre las piernas del hombre y reinició su interrumpida sesión de mamada. “¡Ay, putita! Cómo me haces gozar”. Luego Jaime Se instaló entre sus piernas y comenzó a penetrarla. La calentura de Rita era tanta que, entre gemidos y convulsiones, tuvo su primer orgasmo. Jaime siguió con un lento mete y saca, y yo le meti la verga por primera vez a mi mujer en la boca desde que vivíamos junto era la primera vez que me la chupaba y eso que bastante se lo había pedido, yo estaba como loco llevaba años que no me lo chupaban y mas porque estaban culiandose a mi mujer y yo gozaba-¿Te gusta cómo te culeo, a la putita de tu mujer? -Sí, mucho, dale más, más, al rato Jaime se desarrollo dentro de ella y yo me incorporé y metí mi cabeza entre sus muslos y comencé a chupar y lamer la mezcla de flujos vaginal y semen. Rita se aplicó a hacer la misma limpieza en la verga de su amante. Luego se detiene y se puso en posición de perro; Rita apoyada sobre manos y rodillas y yo penetrándola desde atrás, “¡Ay, amor, macho mío, me llenas!” y jaime le tocaba con las manos las tetas y convulsivamente dije: “¡Te lleno de leche, mi hembra, mi puta!” “Sí, soy tu hembra, tu puta, tu mamadora”. Mi excitación era enorme. Y explotamos en un orgasmo bestial, los tres quedamos tendidos recuperando la respiración. tras años de casados, sólo ahora estaba descubriendo a mi esposa en su verdadera condición de zorra caliente.