NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA

Este es el primer relato que voy a contar, soy de Cali pero vivo en Tumaco hace 10 años, suelo salir mucho a la disco y es allí donde intento relacionarme con las mujeres. Como cada sábado salí a la disco y allí me encontré con una amiga (llamémosla María), Nos conocemos hace bastante tiempo y ya tuvimos nuestra aventura, Este sábado cuando la vi, nos saludamos y empezamos a hablar, bailamos y bebimos bastante, al final le comenté si quería venirse a dormir a casa y ella aceptó, al llegar y entrar a mi pieza nos empezamos a besar y me dijo que tenía una sorpresa, pero que la tenía que descubrir yo, cuando la desnude ¡vi la sorpresa se había puesto un piercing en el pezón!, Me puso muy cachondo y chupe y mordi su precioso pezón decorado, ¡que delicia! jamás había probado uno de éstos, bajaba al culo, le metía los dedos. Ella no paraba de gemir y suspirar, meti mi cabeza en su chocha y me apretaba, estaba viniéndose en mi boca, notaba sus flujos sobre mis boca, me dijo que ahora le tocaba a ella, fue directa a mi verga, empezó a chuparme el tronco de mi verga, sacaba la lengua y lo recorría todo con una gran destreza, así que después de hacer una gran mamada me dispuse a penetrarla lentamente y se la fui metiendo hasta el fondo, al principio fui lento, pero visto que ya estaba disfrutando le empecé a dar más rápido, con fuerza, cada vez más, ella estaba muy cachonda y empezó a susurrar –culeame más, culeame… en medio del fogoso bombeo le pregunté si quería que lo hiciésemos por detrás, solo dijo siiiiiiii. Entonces saqué mi pene y me propuse a metérselo por el culo, sí que fui por aceite corporal, me puse en las manos y empecé a jugar con ella, le empecé a meter un dedo, luego dos, a ella le empezaba a gustar y yo al mismo tiempo me estaba masturbando con la otra mano, también llena de aceite para facilitarme esa tarea tan dura. Cuando vi que iba abriéndose las puertas… me dispuse a ir metiéndosela, primero la puntita con movimientos lentos y cortos, ella susurraba que le molestaba un poquito, pero que siguiera que le gustaba, yo poco a poco fui subiendo la velocidad, ese excitante mundo iba abriéndose, y ella empezó a acariciarse y a meterse dos dedos en su húmeda vagina mientras yo estaba en el máximo placer, estaba a punto de venirme. Le pregunté que donde quería que yo terminase y ella contestó en su boca, así que la saqué, ella se tumbó boca arriba y yo me puse encima de ella con mis rodillas entre sus brazos, invitándole a que me ayudara con una mamada esos últimos instantes de placer, cogió mi verga y empezó a masajearme, chupaba mi glande succionándolo para empezar a recibir todo mi “amor”. y no aguanté más, solté una gran cantidad de semen sobre su boca y cara, ella seguía chupando con la lengua fuera, saboreándome sin dejar de jugar con mi semen y mi verga hasta que quedé sin fuerzas y caí rendido a sus pies.